Más allá del refresco: El ambicioso plan de salud que busca transformar los hábitos de consumo en el país
- Pulso Saludable
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Por: Liliana Noble Alemán
@pulsosaludable

CIUDAD DE MÉXICO, 2 DE SEPTIEMBRE DE 2025. En un esfuerzo por abordar la crisis de salud pública, la Secretaría de Salud ha puesto en marcha un ambicioso programa preventivo para reducir el consumo de bebidas azucaradas. La iniciativa fue presentada durante la conferencia "Las Mañaneras del Pueblo" por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y el secretario de Salud, David Kershenobich Stalnicowitz.
El programa se enfoca en concientizar a la población sobre los riesgos asociados al consumo de estos productos, ya que el secretario Kershenobich afirmó que estos comportamientos "se normalizan por contagio social", a menudo siendo hábitos aprendidos en casa. "Los niños menores de dos años tienen el doble de probabilidades de consumir bebidas azucaradas si los adultos en su hogar lo hacen regularmente", señaló. Este riesgo se incrementa hasta nueve veces en el caso de los adolescentes.
La estrategia también busca desmentir la publicidad engañosa que asocia a estas bebidas con éxito y estatus social. El consumo excesivo está directamente ligado a problemas de salud física como la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, hígado graso y caries dental. Sin embargo, los efectos no se limitan al cuerpo.
"Las personas que consumen más de cuatro bebidas azucaradas al día adquieren entre un 30% y un 40% de riesgo de padecer ansiedad y depresión debido a que el azúcar activa los centros de placer del cerebro de manera similar a como lo hacen drogas como el tabaco o el alcohol. Este efecto artificial puede crear tolerancia, necesitando cada vez más cantidad para obtener la misma sensación, reforzando una falsa satisfacción emocional y promoviendo la dependencia”, expuso, desde el salón Tesorería en Palacio Nacional
Las estadísticas son alarmantes: en 2021, se registraron 118.000 muertes atribuibles a un índice de masa corporal elevado, lo que representó el 10,6% del total de decesos y una pérdida de 4,2 millones de años de vida.
Para contrarrestar esta tendencia, la secretaría propone alternativas saludables. Para los niños, la mejor opción es el agua, y después de los dos años, la leche entera. Para el resto de la familia se recomiendan opciones como agua infusionada con frutas y hierbas, tés fríos sin azúcar y agua de coco. "Limitar o evitar por completo los jugos, incluso los 100% naturales, por su alta concentración de azúcar y falta de fibra", se agregó.
Al concluir la presentación, el doctor Kershenobich recomendó a las familias leer las etiquetas nutricionales para conocer el contenido de azúcar de los productos y limitar su disponibilidad en el hogar.
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