El fin de las despensas: La verdad detrás de la transformación de los programas de bienestar en México
- Pulso Saludable
- 19 dic
- 2 Min. de lectura
Por: Liliana Noble Alemán
@pulsosaludable

CIUDAD DE MÉXICO A 19 DE DICIEMBRE DEL 2025. La transición de un modelo de programas sociales focalizados hacia una política de bienestar integral marca un hito en la administración pública de México. Mientras que en el periodo neoliberal —abarcando desde el programa Solidaridad hasta Prospera— prevaleció una visión asistencialista, el enfoque actual se basa en la construcción de derechos exigibles y establecidos en la Constitución.
De la asistencia al derecho constitucional
La secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel Reyes, subrayó desde Palacio Nacional que una de las diferencias más marcadas radica en que los apoyos dejaron de ser discrecionales. En el pasado, los programas eran utilizados como herramientas de presión política y electoral; hoy, la política de bienestar tiende a la universalidad. Esto incluye no solo a los adultos mayores, sino también a personas con discapacidad y estudiantes, elevando estos beneficios al rango de derechos en la Carta Magna.
"Pasaron de ser un programa de bienestar a una política de derechos establecida en la carta magna."
Eliminación de intermediarios y entrega directa
Bajo los gobiernos anteriores, los recursos solían pasar por organizaciones sociales o civiles, y en muchas ocasiones se entregaban en especie, como cemento o despensas. La actual política de bienestar rompió con este esquema desde el 1 de diciembre de 2018. Ahora, mediante la tarjeta del Banco del Bienestar, los recursos llegan de manera directa al ciudadano, eliminando la corrupción de los intermediarios.
"Se acabaron los intermediarios y las personas se registran a su programa, reciben su tarjeta bienestar y cada bimestre se les entrega sus recursos."
El éxito de la Pensión Universal
El caso más emblemático es la pensión para adultos mayores. Iniciada en 2001 en la Ciudad de México y criticada en su momento por la oposición, hoy es un pilar nacional. Mientras que en 2018 el monto era de 1,160 pesos bimestrales, en diciembre de 2024 la cifra alcanza los 6,200 pesos. Este incremento de más de 5,000 pesos refleja una inversión social sin precedentes que prioriza a quienes menos tienen, especialmente a los pueblos indígenas.
"En el pasado la focalización no construye derechos por el contrario y hoy tenemos políticas que tienden a ser universales."
Finalmente aseguró que la integración de un gabinete de bienestar permite que todos los programas operen de manera articulada, llegando a los rincones más alejados del país bajo una estrategia integral coordinada por la presidencia.




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